lunes, 17 de agosto de 2009

Es curioso cómo pasan las cosas en la vida...

Yo que nací en Monterrey ahora me considero chilanga y mi amigo Alfonso, que es chilango y ahora vive en Monterrey, vino en viaje de negocios y se hospedó en el Hotel Fiesta Americana, a espaldas de Expo Bancomer.

Era obligado que fuéramos a cenar y pasé por él una noche.

Como estaba enviando unos correos electrónicos subí a su habitación y me encantó. Este hotel está decorado como los mejores del mundo de estilo Zen, muy armonioso; me recordó al hotel en el que estuve en Bangkok.

Pues así me sentía en el interior del Fiesta Americana, y me hizo desear disfrutar aunque fuese un fin de semana en sus instalaciones, con esos enormes almohadones y edredones de pluma y la vista maravillosa de Santa Fe.

Bajamos y caminamos sólo unos pasos para estar en la entrada del restaurante español. Izara es el nombre de un lugarcito de España y tiene manjares como pimientos del piquillo rellenos de mariscos, paella con langostinos, callos a la madrileña o fabada asturiana.

Alfonso ordenó un salmón en espejo de salsa de azafrán, pues además que los pescados y mariscos son la especialidad de la casa, allá en la que ahora es su tierra, la buena carne es cosa de todos los días.

Con nuestras copas de vino rebosando de un Torres de Anguix Crianza, la plática sobre la que fue mi tierra y ahora es de él y la que fue de él y ahora es mía, nos hizo filosofar en cuán fácil es vivir no sólo en cualquier parte del país sino del mundo. Su salmón le encantó, estaba en su punto porque no debe ser demasiado cocido para no quitarle su frescura, pero tampoco debe estar crudo.

Hasta se me hacía agua la boca de cómo lo saboreaba. Pero a la hora de ofrecerme un poco, yo no podía dejar de tener en mi boca el sabor de la jugosa carne de mi cordero al romero.
Acompañado de papas al horno y de mis queridas tortillas de maíz, -a pesar de que no es la usanza española- me supo estupendo, con salsita y el vino… Oh my!, un poco pesado para la noche, dicen, pero la ocasión valía la pena el sentirse un poco llena.

Por una postal del restaurante me di cuenta que sólo porque fuimos en jueves pudimos cenar ahí, ya que de lunes a miércoles Izara abre sólo para comidas.

La noche era ideal. Así que no podíamos dejar de pedir un postre. Compartimos entonces el mousse de tres chocolates sobre espejo de natilla de vainilla y nuestros cafés descafeinados porque al otro día ambos teníamos trabajo.

Me supo delicioso. En verdad que el chef es estupendo y este lugar se ha esforzado en mantenerse vigente porque apenas cumple un año de su apertura. Lindas instalaciones, tranquilo, con excelente servicio, comida y vinos de calidad, ¿qué más se puede pedir?

Izara Restaurante

• Calle 3 No. 55 Col. Lomas de Santa Fe
• Hotel Fiesta AmericanaTeléfonos 5292 5904 y 52925768

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